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LOS INSTRUMENTOS MUSICALES MAS USADOS EN LA MUSICA CLASICA

Piano

Instrumento musical de tecla, cuyas cuerdas son percutidas mediante martillos. El piano mecánico es un instrumento reproductor de música adaptado a un piano ordinario. La pianola es una de sus modalidades.
El piano consta de cuatro partes principales: caja, cuerdas, mecanismo y pedales. La caja suele construirse en madera de abeto o de haya y se coloca horizontalmente en el piano de cola o verticalmente en el piano vertical.
La peculiar historia, características técnicas, posibilidades musicales y la, no del todo explicada, repercusión social de este instrumento, hace que le hayamos dedicado una atención especial.
Quizás su polivalencia, la capacidad de adaptarse a (y ser adoptado por) multitud de estilos y movimientos musicales, sus posibilidades sonoras, etc. han hecho que este instrumento, que en sus inicios no parecía tener muchas posibilidades de hacer historia, haya llegado a ser uno de los más populares (si no el más popular de todos) en la sociedad actual, superando incluso la evolución tecnológica que, en un principio parecía su gran enemigo, ya que la electrónica y la informática parecieron, en algún momento, llegar a ser sus grandes competidores.
Así como el clavecín y el clavicordio (incluso el órgano, con sus tremendas posibilidades tímbricas), se limitaron finalmente a una función bastante específica, el piano consiguió diversificar sus funciones de una manera increíble. Los grandes compositores, algunos de los cuales lo criticaron en un principio, llegaron a crear un lenguaje para él, además de que lo adoptaron como el instrumento que les permitía expresar, él solo, conceptos camerísticos y orquestales, dada su capacidad de polifonía. Y quizás sea el único instrumento al que algunos grandes compositores se han dedicado de manera exclusiva.
También, ya en la historia más actual, fue adoptado por otros estilos musicales, desde el jazz hasta la música más popular (llamada por algunos "música ligera", "moderna" o "de entretenimiento"). Y ésto, sin haber tenido en cuenta que este instrumento está considerado como el más "pedagógico" para el aprendizaje de la música.
HISTORIA DEL PIANO
Si bien a principios del siglo XVIII el clave es el instrumento más considerado, con compositores de la talla de Bach, Haendel o Scarlatti como figuras representativas, a mediados de este siglo, comienza a surgir en el norte de Europa un interés cada vez mayor hacia el clavicordio. El motivo no es otro que su capacidad expresiva, de la que básicamente carecía el clave, aunque por lo que respecta a potencia sonora, dejaba bastante que desear.
Una diferencia técnica esencial establecía aquella otra diferencia expresiva. Así, mientras el clave es un instrumento en el que las cuerdas son punteadas por una púa o plectro, (tal como ocurre en una guitarra, aunque en ésta se pulsa con los dedos), en el clavicordio las cuerdas son "percutidas" o golpeadas por lengüetas metálicas que, al permanecer sobre la cuerda hasta que se deja de pulsar la tecla, permiten "manejar" el sonido después de haber percutido la cuerda.
Pero en este periodo histórico, la música estaba evolucionando enormemente y se hacía necesario un instrumento que tuviera mayor potencia sonora y mayor capacidad expresiva. Se soñaba con el instrumento que permitiera la repetición de notas a gran velocidad, que fuera muy sensible a la pulsación del instrumentista, creando dinámicas y matices claramente diferenciados. Tras diversos intentos por parte de diversos constructores, Bartolomeo Cristofori en Florencia (Italia), presenta su "clavicembalo col piano e forte" que resolvía decisívamente todos estas necesidades. Era el año 1709.
En el Pianoforte de Cristofori, el mecanismo resultaba genial: un macillo golpeaba la cuerda, retirándose inmediatamente después, y quedando listo para un nuevo "ataque". Cada cuerda tenía su apagador individual, íntimamente ligado al mecanismo anterior.
Aunque Cristofori sigue dedicándose a la fabricación de claves, su invento llega a conocimiento de un constructor alemán llamado Silbermann, que comenzó a aplicar y desarrollar este mecanismo en sus instrumentos. Bach llegó a conocer estos primeros pianos, de los cuales no se mostró muy entusiasta. Silbermann siguió mejorando sus instrumentos y podemos decir que verdaderamente fué él el auténtico divulgador de la idea de Cristofori.
Dos discípulos del constructor alemán, Johannes Zumpe y Johann Andreas Stein, desarrollaron paralelamente, uno en Inglaterra y el otro en Austria, sendas escuelas de constructores de pianos. Zumpe se dedica a desarrollar un instrumento más reducido (su "piano cuadrado", que tuvo un gran éxito) y con una buen potencia sonora. Este tipo de piano llegó a cruzar el Atlántico, alcanzando también un gran reconocimiento en el nuevo Continente. Se puede considerar perfectamente que los conocidos pianos "Steinway" son descendientes de aquellos pianos ingleses, de donde podemos deducir la influencia de la escuela inglesa en la fabricación y difusión del piano.
Por su parte, Stein, en Augsburgo (Austria), con una mecánica más fiel a la de Cristofori, crea un instrumento extremadamente ágil que enamora a Mozart, quien a partir de conocer este instrumento lo adopta para su trabajo. La hija de Stein, Ninette, gran pianista por otra parte, traslada la fábrica a Viena y sigue con el negocio familiar, creando pianos que encandilaron a compositores de la talla del mismísimo Beethoven
Por otra parte, surge en Francia otra escuela de constructores de pianos, encabezada por Sebastian Erard, que perfecciona el mecanismo de los ingleses y construye en 1790 un piano de cola con el sistema de "falso macillo". Incorpora a sus pianos el pedal de resonancia y las tres cuerdas por tecla en algunas zonas del piano, para aumentar su potencia.
No podemos dejar de tener en cuenta aquí el papel importantísimo de los compositores/intérpretes, que muchas veces fueron también constructores. Ellos, que crearon una nueva música para este nuevo instrumento, muchas veces exigían y aconsejaban a los constructores, para optimizar las capacidades del piano.
Por fín, con la llegada de la era de la industrialización y el piano ya impuesto por todas partes, comienza su eclosión. Entre 1870 y 1917, tiene lugar el primer gran "boom". Bechstein, Steinway, Pleyel, fabrican decenas de miles (y cientos de miles, también) de pianos, además de que las fábricas de este instrumento aparecen por centenares. El piano pasa de ser un producto de artesanía y caro, a ser un producto fabricado en serie, de precio asequible y que se instala en todo hogar con unas mínimas condiciones económicas.
Con la crisis americana de 1929, todo esto termina: la producción cae en picado y desaparecen decenas y decenas de fábricas. A principios de 1960, aparecen los japoneses en escena, fundamentalmente las casas Yamaha y Kawai. Actualmente, después de años de supremacía del mercado americano, los japoneses han desbancado a los fabricantes estadounidenses encabezados por Steinway.
EL PIANO COMO INSTRUMENTO
Estructura básica
Los componentes principales de un piano son:
·         La tapa armónica. Al igual que en otros instrumentos de cuerda, es el elemento de resonancia que amplifica el sonido generado en las cuerdas, y es uno de los principales componentes por lo que respecta a la calidad del sonido del piano. Generalmente de madera de abeto, en el piano de cola puede tener un grosor de 8 milímetros.
·         La caja o mueble. Aunque su forma puede tener alguna importancia respecto al sonido resultante, el color del mueble de un piano resulta del todo indiferente, aparte de la estética. Está fuertemente reforzada para sostener la placa de hierro fundido, que soporta las cuerdas y el clavijero.
·         Las cuerdas que, en un instrumento considerado "standard", son 224, con una tensión que oscila entre 15 y 20 toneladas y se tensan sobre un puente, al igual que pasa con el resto de instrumentos de cuerda. Son de varios tipos, según pertenezcan a la sección de graves o al resto. Los bordones (cuerdas para los sonidos graves) constan de un alma de acero con un entorchado de cobre. El resto son de acero duro al carbono y trefiladas.
·         El clavijero está colocado en la parte del piano cercana al teclado (hablamos de un piano de cola) y en él van sujetas las cuerdas con un sistema que permite su afinación.
·         El teclado y la maquinaria con el mecanismo encargado de transformar el movimiento de la tecla en percusión sobre la cuerda.
·         los pedales y sus mecanismos respectivos.
·         La tapa del mueble no exenta de importancia, ya que tiene la función de proyectar el sonido generado en el instrumento hacia el público, además de su función obvia de cerrar el mueble.
El mecanismo
El mecanismo encargado de hacer vibrar cada cuerda por mediación de su tecla correspondiente es de una gran precisión y está formado por más de 60 piezas. En esencia, ha de golpear la cuerda y liberarla inmediatamente, para permitir que vibre libremente, apagándola cuando el intérprete lo considere. Además ha de facilitar el movimiento de repetición de la percusión si este fuera el caso.
De todo ello resulta un mecanismo bastante complejo que ha de realizar toda una serie de acciones con una gran precisión y velocidad en el mayor número de ocasiones. A continuación presentamos un esquema de ese mecanismo en un piano de cola y en uno vertical
Los pedales
Los pianos de cola tienen dos o tres pedales, según las marcas y su tamaño. Los pianos verticales suelen tener dos pedales y en ocasiones un tercero, que se limita a realizar una labor de sordina, sin ningún interés musical
El pedal de resonancia actúa levantando el conjunto de apagadores, en su totalidad. Con ésto se permite que, además de la cuerda que es percutida, suenen todas las que reaccionan por simpatía, así como la tapa armónica, con lo que se consigue un sonido más profundo y con un efecto de reverberación (no confundir con el efecto de amplificación, que no tiene aquí lugar).
El pedal celeste actúa de dos maneras, según el piano sea de cola o vertical. En el piano de cola desplaza todo el teclado casi un centímetro hacia la derecha, con lo que solamente se golpea dos de las tres cuerdas que generan cada sonido. En el piano vertical, acerca todo el mecanismo a las cuerdas, con lo que disminuye el trayecto del martillo hasta la cuerda. En ambos casos se consigue dos efectos: se amortigua el sonido y se obtiene un timbre diferente.
El pedal tonal es el que solo existe en algunos tipos de pianos de cola. Actúa igual que el antes mencionado pedal de resonancia, pero en vez de levantar el conjunto de apagadores, solamente levanta el de las teclas que en ese momento estén bajadas, lo que permite mantener acordes mientras se intepreta el resto del pasaje con ambas manos, cosa que de otra forma resultaría imposible.
EL PIANO Y LA MÚSICA
Una imagen tópica del pianista es la del intérprete como solista en un escenario. Y es bien cierto que una inmensa parte de la música compuesta para él, aprovecha esa capacidad extraordinaria del piano para llenar por sí solo, con su peculiar sonoridad, casi cualquier escenario. Su capacidad polifónica y la técnica desarrollada para el instrumento hacen que la música posible con el piano sea casi ilimitada.
Pero, no pretendemos seguir destacando en estas líneas algo que es bien conocido y sí, en cambio, resaltar otros aspectos menos conocidos relacionados con su capacidad musical. Así pues, aunque la figura del solista parece caracterizar al pianista, al piano y a la mayor parte del repertorio de música para este instrumento, no podemos despreciar todo un mundo de música compuesta en la que el piano participa con otros instrumentos, con una orquesta entera, como acompañamiento para la voz e incluso frente al sonido electrónico.
Desde el punto de vista de la formación y la musicalidad del pianista, es mucho lo que esta música puede aportarle. Determinado rigor rítmico, por poner un ejemplo, no se exige de la misma manera cuando se actúa como solista o como acompañante.
Acompañar cantantes (algo considerado en ocasiones como un arte menor, hasta que geniales pianistas, dedicados al acompañamiento, han demostrado en diversas ocasiones que la capacidad técnica y musical que poseen no la tienen algunos solistas) puede enseñar al pianista a respirar, a frasear, a conducir una línea melódica.
Tocando con la orquesta, el pianista aprende a ceñirse a determinados requerimientos rítmicos y dinámicos que en la interpretación en solitario no son tan necesarios. La precisión, en todo momento de la intepretación con la orquesta, se hace inexorable. Leyendo partituras de orquesta, realizando las pertinentes reducciones respetando los movimientos de las voces, sacará conclusiones que seguramente nunca hubiera obtenido de las partituras exclusivamente compuestas para piano.
Y, por fín, con las posibilidades que la electrónica nos brinda, tanto a nivel informático como a nivel de síntesis del sonido, se abre un nuevo campo de experimentación a nivel tímbrico, ya sea con el propio sonido del piano, o confrontando su propio timbre con nuevas sonoridades externas, de todo lo cual ya existen importantes muestras de grandes compositores contemporáneos.


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